Empiezo mi día como siempre, paseando.
Necesito que el aire me refresque y me recuerde que pertenezco a un todo que está muy por encima mío.
Camino sin prisa, relajado, sin ganas de llegar a ninguna parte.
Recorro un paseo verde con flores de colores y pájaros cantando.
Llego la primavera para quedarse un tiempo.
Miro al suelo y observo multitud de envoltorios de colores vivos.
Este fin de semana se ha celebrado en mi ciudad una maratón y estos son los daños colaterales.
Está muy bien correr pero está mucho mejor cuidar lo que te rodea.
Hemos perdido la capacidad de llegar el último, de saborear las cosas que hacemos, una sociedad que siempre premia al primero.
Por favor no perdamos lo más valioso que tenemos.
Si corres y necesitas geles para seguir corriendo y corriendo, guarda el envoltorio en tu pantalón, mételo en una papelera, (solo perderás unos segundos).
Por favor respetemos a la madre tierra, ella lo hace y nos acuna desde el inicio de nuestra existencia.